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¿Cómo han afrontado las bodegas a nivel internacional el COVID-19?

En este artículo se analiza, desde la perspectiva del contexto internacional, cómo la siempre resistente industria del vino está respondiendo a los muchos desafíos que ha tenido que enfrentar en los últimos meses.

La industria del vino siempre ha demostrado su resiliencia, sobreviviendo a algunos de los momentos más turbulentos de la historia y superando circunstancias devastadoras. La actual pandemia COVID-19 no es una excepción. Desde los viñedos hasta las estanterías de las tiendas, los profesionales de la industria se han visto forzados a nuevos límites en su forma de operar y hacer negocios. El comercio del vino está cambiando para siempre a medida que el mundo se ajusta a la nueva normalidad, aunque eso no es necesariamente algo malo.

Los cierres y las medidas restrictivas han afectado profundamente el acceso de los consumidores al vino, tanto en los establecimientos de hostelería como en los de comercio exterior. Los plazos a 90 días y los periodos de carencia en el pago de las facturas debido a la pérdida de ingresos están dibujando un panorama sombrío para la anteriormente próspera economía del vino. En conjunto, estos cambios han afectado a todos los puntos a lo largo del canal de ventas, desde la producción y distribución del vino hasta la copa del consumidor.

Impacto en las bodegas

Según datos publicados en Wine Business sobre las bodegas estadounidenses, la bodega media ha despedido a más de cinco empleados, de forma temporal o permanente, y más del 60% de las bodegas están experimentando un ritmo de producción más lento. Si bien las salas de cata de las bodegas tienen ahora luz verde para reanudar sus actividades en los Estados Unidos, los protocolos de seguridad del Covid seguirán teniendo un impacto del que puede llevar meses o años recuperarse.

«Nuestro personal ha tenido que ser muy flexibla y asumir nuevas funciones, incluso como repartidores», dice Michael McGeary, WSET 3 y enólogo de Rocklands Farm Winery, con sede en Maryland. Para McGeary, continuar con la producción obligó a su equipo a buscar ideas para ahorrar dinero, manteniendo al mismo tiempo la seguridad del personal. «Normalmente contratamos un equipo para que nos ayude en el viñedo. Cuando se emitió la orden de quedarse en casa, hubo un período en el que ese trabajo se paralizó. Afortunadamente, las cosas han empezado a volver a una cierta forma de normalidad.»

Problemas para el embotellado

El embotellado de vino a la hora de servir los pedidos, es otra de las áreas afectadas por la pandemia en zonas de California. La escasez de suministros ha retrasado el proceso de embotellado en algunas bodegas y, por lo tanto, los nuevos lanzamientos de cosecha. Los vinicultores que se prepararon con suficiente antelación están entre los pocos que podrán salir según lo previsto. Paul McSharry, propietario de Maze Wines con sede en Napa y también compañero del Nivel 3 de WSET, encargó las botellas y tapones con antelación y planea embotellar su 2018 Cabernet Sauvignon este mes. Muchos otros dentro de la red de vinicultores de Napa no podrán servir sus vinos hasta septiembre o más tarde.

Cuando las ventas de vino en Grecia cayeron a cero durante la crisis, el lanzamiento de la producción 2018 de la Bodega Nopera -una finca familiar en la isla de Samos- se quedó en bodega. Ese uso no programado del espacio les ha impedido embotellar su 2019 hasta que puedan vender la cosecha anterior. A pesar de estos obstáculos, Evmorfia Kostaki, viticultora, enóloga y antigua alumna del diploma WSET… sigue esperanzada en su producción de este año.

Dificultades por normativas y restricciones

Las bodegas sudafricanas probablemente se han enfrentado al mayor desafío, ya que el gobierno prohibió todas las ventas de alcohol, incluyendo las exportaciones, durante todo el mes de abril. Las exportaciones se permitieron a partir de mayo y las ventas On Line, en supermercados, vinotecas y tiendas especializadas a partir de junio. Pero las ventas de alcohol en bares y restaurantes siguen estando prohibidas. El 12 de julio la prohibición nacional de la venta de alcohol fue restablecida otra vez.

Judy Bakker, Gerente General de la bodega boutique Bouchard Finlayson, de Ciudad del Cabo comenta: «Uno de nuestros grandes desafíos ha sido el impacto negativo en nuestras ventas debido a la prohibición de la venta de alcohol durante el cierre. Aunque ahora se nos permite exportar vino, tenemos un importante déficit de ingresos lo que nos ha generado problemas de liquidez”. La bodega puso en marcha un proyecto intensivo a través de su propia tienda On Line y de sus socios minoristas, que le ha permitido recuperar una parte de su posición en el mercado.

Cambiar las tácticas

Otro factor, tal vez menos comentado, es la inversión imprescindible que han tenido que mantener las marcas de vino durante esta crisis. Un buen ejemplo cercano ha sido Fernando Mora -Master of Wine y propietario de Bodegas Frontonio y Cuevas de Arom – el reto más difícil ha sido invertir en sus viñedos y bodegas mientras las ventas caían. Esto le ha llevado a crear métodos alternativos para activar el consumo.

Desarrollando un modelo de negocio directo hacia el consumidor, Mora se centra ahora en su club de socios. También ha organizado sesiones diarias de Instagram Live para visibilizar el trabajo de productores, distribuidores, sommeliers y amantes del vino de todo el mundo. Este proyecto ha generado un contexto excelente para impulsar la divulgación y el interés sobre vino entre aficionados y profesionales del sector en España y en los países de habla hispana.

McSharry ha adoptado un enfoque similar con Maze Wines al hacer la transición a un sistema de venta on line directo al consumidor. Enviando los vinos a sus clientes por adelantado, organiza catas virtuales en Zoom para ofrecer experiencias educativas e interactivas que complementen los vinos.

«Es muy importante estar presente en este momento», explica McSharry. Además, y para su sorpresa, estos esfuerzos digitales le han ayudado a ganar más dinero para el negocio que en años anteriores.

Preparando el futuro

El tener que reaccionar ante una situación completamente imprevista ha obligado a las bodegas a adaptarse y ser más flexibles, descubriendo recursos y fortalezas que estaban ocultas. Por supuesto, las empresas han tenido que introducir estrictos protocolos de distanciamiento social e higiene en sus viñedos, bodegas y salas de cata para proteger tanto al personal como a los clientes. Pero, además de esto, la pandemia ha impactado permanentemente la forma en que hacen negocios.

Con la temporada de cultivo de 2020 ya en marcha, las bodegas deben seguir modificando sus viñedos, procesos en bodegas y sus esfuerzos de elaboración de vinos, así como la visión del marketing y las ventas.

Luchas aparte, entre los beneficios que traen estos tiempos difíciles está la necesidad global de innovar en el mundo del vino. Desde procesos de venta más personalizados hasta nuevas formas de comunicación con los clientes, las marcas de vino de todas las categorías están integrando esa necesidad de adaptarse utilizando su propia creatividad para mantener el negocio en marcha. Y para todos nosotros en la industria, ese rayo de esperanza es ciertamente una buena razón para hacer un brindis.

By WSET Global.

Adaptado y traducido por Artean Wines

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