Con un total de 420.000 hectáreas plantadas, Türkiye, como se dice en turco, posee la quinta superficie de viñedos más grande del mundo (OIV, 2021). Pero la mayor parte de ese viñedo se utiliza para producir uvas frescas y uvas pasas, en lugar de uvas de vinificación. A pesar de su antigua tradición vitivinícola, solo alrededor del 15 % del área total de viñedos se dedica a uvas de vino. Esto sitúa la producción nacional de vino muy por debajo de países como Grecia, Georgia y Rumanía. Varias razones históricas están detrás de esta estadística, que vale la pena explorar:
- Bajo el dominio otomano (1299-1922), sólo a la población no musulmana se le permitió producir y consumir vino.
- Tras la fundación de la nueva República Turca en 1923, el intercambio de población entre Turquía y Grecia dejó un vacío importante en la capacidad vitivinícola y la experiencia en la elaboración de vino del país.
- A partir de 1925, la producción y distribución de vino se consolidó bajo el monopolio estatal, dejando poco espacio para la participación de los inversores privados.
La escena del vino turco se ha desarrollado rápidamente sobre todo desde mediados de los años 90. Gracias al creciente entusiasmo por el vino, y a una vibrante base de inversores nacionales, la producción de vino se ha duplicado desde el cambio de milenio, y el consumo casi se ha triplicado. Hasta ahora este crecimiento se ha orientado a nivel nacional, siendo aún bajas las exportaciones.
Geografía y clima
El país se encuentra en la cuenca mediterránea y las condiciones climáticas son extremadamente diversas, esto posibilita la existencia de una amplia gama de estilos de vino donde elegir. En el oeste y el sur del país se dan las cálidas condiciones del clima Mediterráneo mientras la costa del Mar Negro en el norte tiene un clima marítimo moderado. Gran parte de las regiones central y oriental presentan un clima continental de templado a cálido.
El carácter montañoso del país posibilita que los viñedos a menudo se encuentren a gran altitud. De hecho, el país se encuentra en una altura media de 1.140 metros sobre el nivel del mar, considerablemente más alta que otros países mediterráneos productores de vino. Esta elevación proporciona una influencia moderadora que enfría los viñedos en la época de crecimiento y prolonga el período de maduración. Esto posibilita que las las uvas desarrollen toda su complejidad de sabores y conserven su fresca acidez.
Si bien las uvas se cultivan en todo Turquía, algunas regiones son menos adecuadas para la viticultura comercial. La costa central y oriental del Mar Negro experimenta lluvias excesivas durante la temporada de crecimiento, lo cual provoca gran presión de enfermedades fúngicas, mientras los 2.000-3.000 metros promedio de las tierras del este resultan ser demasiada altura.
Regiones Vinícolas
Cuatro áreas producen colectivamente casi el 85 % de las uvas de vino en el país. El Egeo es la región productora de vino más importante del país, con alrededor del 30 % de la producción nacional de vino. Tiene varias subzonas que vale la pena explorar: en las islas -Bozcaada y Gökçeada-, en la costa del Egeo –Urla, Selçuk, Bodrum, Datça- y en las tierra del interior de la región del Egeo -Manisa, Denizli, Uşak-.
La zona del sureste, hogar de las variedades indígenas de uva negra Öküzgözü y Boğazkere, es la segunda en importancia. Contando con dos subzonas relevantes: Elazığ y Diyarbakır.
Las siguientes dos regiones por importancia son Tracia con tres subzonas -la norte, la costera y la península de Gallipoli- y Anatolia Central con las subzonas de Kalecik y Cappadoccia.
Variedades de uvas
La mayoría de las plantaciones son de variedades negras. Entre las principales variedades autóctonas se encuentran: Öküzgözü, Boğazkere, Çal Karası, Kalecik Karası y Papaskarası y entre las variedades internacionales plantadas encontramos: Syrah, Alicante Bouschet, Cabernet Sauvignon, Cinsault, Merlot y Gamay Noir.
La principal uva tinta, Öküzgözü [oe-cooz-goe-zoo], que significa «ojo del toro» en turco, se puede producir en diferentes estilos, que van desde jugosos vinos de cuerpo medio con taninos maduros suaves y aromas de violetas, ciruelas pasas rojas y negras, hasta vinos más complejos envejecidos en roble que muestran especias dulces junto a frutas maduras.
Por el lado de las variedades blancas, Sultaniye (Sultana o Thompson Seedless) es la más plantada de todas las uvas, pero apenas se utiliza para la producción de vino. La principales uvas blanca autóctonas empleadas en la elaboración de vinos es Narince seguida de Emir, en lo relativo a las variedades internacionales las más plantadas son: Semillon, Chardonnay, Sauvignon Blanc y Bornova Misketi (Muscat Blanc à Petits Grains)
La uva Narince [na-rin-jay], que significa «delicadamente» en turco, también se produce en diferentes estilos. Algunos son vinos afrutados y sin paso por madera, fáciles de beber y que muestran frutas de hueso con una acidez media. Las versiones más elaboradas se producen en un estilo más completo a partir de fruta madura que es capaz de aguantar el envejecimiento en roble, a menudo con un carácter cremoso proporcionado por el contacto prolongado con lías.
Hay muchas otras variedades indígenas que están reviviendo en manos de productores turcos con talento. Hay que estar atento a las variedades negras Karasakız, Acıkara, Patkara, Foça Karası y Barburi, y las variedades blancas Sıdalan y Yapıncak.
Esperamos que esta publicación te haya dado algunos consejos útiles para explorar los vinos turcos. La próxima vez que busques una nueva región vinícola o uva para probar, ¡asegúrate de buscar una en Türkiye!
By Turgut Tokgöz DipWSET y estudiante en el Institute of Master of Wine. Regenta y enseña en su escuela de Oenotrian en Estambul. Traducido y adaptado por Artean Wines.
